Transcoder

Los dispositivos móviles habituales como Smartphones, Tablets o PCs se conectan a través de redes heterogéneas (redes NAT, puntos de acceso WiFi, Redes 3G y LTE,... ) en las cuales no es común que soporten protocolos de red sin control de estado como UDP o RTP. Por este motivo y para garantizar siempre el servicio es conveniente, y habitualmente requisito indispensable, utilizar transmisiones basadas en TCP.

Además de esto, es muy habitual que este tipo de redes no cuenten con ancho de banda garantizado, provocando inestabilidad y cortes en el vídeo (o buffering). Por ello utilizando el streaming adaptativo, el flujo del vídeo se adaptará de manera dinámica a los recursos de red disponibles en cada momento ofreciendo en todo momento la máxima calidad posible.
Otra ventaja importante del streaming adaptativo es que garantiza la reproducción en todos los dispositivos, pues será cada uno de ellos, conociendo sus limitaciones y recursos, el que solicitará el flujo de vídeo más adecuado.

Para ofrecer todos estos servicios se necesita aplicar un proceso de Transcodificación que tiene como objetivo la transformación de flujos de vídeo, audio o cualquier pista de datos. Esta transformación permite utilizar diferentes patrones de codificación, cada uno de ellos adaptado a unos requisitos o limitaciones.
El proceso de transcodificación de vídeo consiste en la ingesta de flujos de vídeo, su decodificación, su posterior procesado o transformación (resolución, relación de aspecto, frecuencia de muestreo,...) y finalmente su nueva codificación. El proceso de transcodificación del audio es muy similar al del vídeo, a diferencia que los procesos principales de transformación son el remuestreo y la mezcla de canales.

Dos tareas en un mismo equipo: Transcoding y Streaming.
El equipo podrá comportarse como un transcodificador (para convertir los canales a los requisitos de salida), un streamer (para servir los contenidos ya transcodificados mediante HLS) o ambos comportamientos.